Cómo prevenir los efectos negativos del estrés
Ante todo debemos definir qué es el estrés, y no confundirlo con ansiedad o depresión aunque éstas sean situaciones en las que pueda derivar el estrés
El estrés es el proceso que se pone en marcha cuando una persona percibe una situación o acontecimiento como amenazante o desbordante de sus recursos. A menudo los hechos que lo ponen en marcha están relacionados con cambios, que exigen del individuo un sobreesfuerzo y por tanto ponen en peligro su bienestar personal.
El estrés no siempre tiene consecuencias negativas, en ocasiones su presencia representa una excelente oportunidad para poner en marcha nuevos recursos personales, fortaleciendo así la autoestima e incrementando las posibilidades de éxito en ocasiones futuras.
Un mismo suceso, tiene distintas respuestas de estrés en los distintos individuos. La forma de abordar la situación que lo provoca, el ámbito social y familiar, y la situación individual van a ser decisivos a la hora de vivir esa situación.
Muchas veces se ha confundido el estrés con las emociones que lo acompañan y viceversa. Las reacciones suelen ser involuntarias: psicológicas, neuroendocrinas y psicofisiológicos.
Los síntomas más característicos suelen ser: ansiedad, depresión, ira, la frustración, insomnio, fatiga, temblor y dolores de distintos tipos.
Existen estudios que relacionan directamente el estrés con una subida de presión arterial, transtornos gastrointestinales, influencia en problemas cardiovasculares, bajada del sistema inmunológico y por tanto menor resistencia a las enfermedades…
Ante ésto ¿Qué podemos hacer?
1. Revisar la forma como se está evaluando la situación. Si es un problema que podemos solucionar aunque requiera ese sobreesfuerzo, no debemos postergarlo, sería bueno incluso que alguien ajeno al problema te ayudase a proponer soluciones (recuerda, el bosque no nos deja ver el árbol). Si es una situación de pérdida irreparable, los esfuerzos se deben encaminar a amortiguar o cambiar el estado emocional o el malestar fisiológico: realizar actividades placenteras como pasear, hacer deporte, ejercicios de relajación, relacionarse…
2. Mantener un estilo de vida saludable en cuanto a alimentación, ejercicio físico, dejar de fumar…
3. Las personas más «resistentes» a las situaciones de estrés son aquellas que se comprometen con lo que hacen, creen que los resultados dependen en gran medida de sus acciones. Reconocen y confían en sus valores, tienen metas y prioridades y aprecian su propia capacidad, son personas responsables y obviamente con creencias que les permiten tener las esperanzas de que esas situaciones amenazantes se pueden cambiar.
En nuestras manos está reconocer el problema, afrontarlo y evitar que esas situaciones afecten a nuestra salud. Así que, a por ello.
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