Alergias primaverales

alergias primaverales

¿Qué es la alergia?

La alergia es una reacción de nuestro organismo ante una determinada sustancia que percibe como un agente nocivo, de manera que nuestro sistema inmunológico se activa desde el momento en el que detecta agentes que considera extraños.

El sistema inmunológico está formado por una serie de componentes, células y proteínas, que se encargan de defender a nuestro organismo cuando es agredido por agentes extraños.

Cuando los alergenos o substancias nocivas, ingresan por primera vez en el cuerpo de una persona predispuesta a las alergias, se produce una serie de reacciones y se generan anticuerpos específicos contra esa sustancia.

Después estos anticuerpos viajan a unas células llamadas mastocitos que son particularmente abundantes en la nariz, ojos y pulmones. Los anticuerpos se adhieren a la superficie de estas células y la próxima vez que una persona alérgica tome contacto con los alergenos a los cuales reacciona, se inicia la liberación de sustancias conocidas como «mediadores de la inflamación», entre los que se encuentra la histamina, que producen los síntomas propios de la alergia.

En ocasiones, los agentes que son considerados dañinos para el organismo, no son peligrosos pero así es como lo percibe el sistema de defensa. Al entrar en contacto estos agentes con el organismo se produce una respuesta exagerada que produce los síntomas de las alergias.

Las sustancias que pueden provocar este tipo de alergias son muchas aunque las más frecuentes son el polen, algunos alimentos, medicamentos, metales, etc.

alergias

ALERGIA AL POLEN

En la primavera se producen más reacciones alérgicas debido a que muchas plantas producen polen que es esparcido a la atmósfera, ésta alergia es también conocida como polinosis. En los países desarrollados, se estima que un 15% de la población sufre este tipo de alergia.  No todas las plantas pueden producir alergia sino aquellas que se polinizan por el aire.

En España, los responsables del mayor número de alergias por polinización son los árboles como el roble, el olmo, el chopo, el plátano o el olivo y, en verano, hierbas como la grama dulce (gramíneas) o malezas como el cardo.

¿Qué es el polen?

El polen está formado por las células masculinas del aparato reproductor de las plantas con flor. Son partículas de tamaño microscópico.

También muchos árboles, y hierbas de poca altura como las de las praderas o el césped de los parques, tienen tipos de polen pequeño, liviano y seco aptos para diseminarse con las corrientes de aire. Éstos son los que con mayor frecuencia desencadenan síntomas de alergia.

Cada especie de planta tiene un período de polinización que no varía considerablemente de un año a otro. Sin embargo, las condiciones meteorológicas pueden afectar la cantidad de polen en el aire en un momento dado.

Los pólenes alergénicos varían según la vegetación y el clima. En general los pólenes de los árboles son los predominantes durante el invierno y principios de la primavera, los pólenes de las gramíneas durante la primavera y los de las malezas durante el verano y otoño.

 

El polen es reconocido por el cuerpo como una sustancia enemiga a la que hay que destruir, al igual que hace con las bacterias o los virus.

Síntomas:

Tipos-de-alergias

La reacción alérgica al polen, puede afectar a diferentes órganos; cuando afecta a la nariz, produce una inflamación, caracterizada por estornudos, picor, congestión, secreción y obstrucción nasal.

Es frecuente que se afecten otros tejidos, provocando inflamación en los ojos (conjuntivitis), picor de paladar, de garganta y de oídos. Este conjunto de síntomas también se conoce con el nombre de «fiebre del heno».

Si la inflamación afecta a los pulmones se produce tos, dificultad para respirar, sensación de opresión torácica y pitidos, el llamado asma polínico las personas afectadas, pueden presentar agudizaciones bruscas y recortadas sólo durante períodos muy específicos del año y permanecer con síntomas leves o sin ellos en otras épocas.

El clima puede influir en los síntomas de la polinosis. Los síntomas alérgicos a menudo son mínimos en los días de lluvia por un efecto de barrido atmosférico, así como en días nublados o sin viento, porque el polen no se desplaza en estas condiciones. El tiempo cálido, seco y con viento indica mayor distribución del polen y, en consecuencia, de mayores síntomas alérgicos.

Por otra parte, si los síntomas se agravan y tienden a convertirse en tos recurrente, ahogo frecuente o en aumento, incremento del cansancio incluso tras mínima actividad, aumento de la frecuencia de los pitos, intensificación del moqueo o congestión o aumento de la irritabilidad ocular, se recomienda acudir a los servicios de Urgencias o del centro de salud o del hospital.

Para intentar evitar los efectos del polen o al menos paliarlos para que sean mínimos, la persona alérgica puede tomar una serie de precauciones generales. Para empezar debe conocer las plantas o árboles que le afectan y sus épocas de polinización. Además debe evitar los ambientes contaminados y protegerse de las infecciones respiratorias que pueden provocar una crisis.

¿Cómo se realiza el diagnóstico de la polinosis?

El diagnóstico de la polinosis lo realiza el médico y se basa en los siguientes medios:

  • Historia clínica: en la mayor parte de los casos existe una correlación directa entre los síntomas y la exposición ambiental a los pólenes.
  • Estudio alergológico: se realiza mediante pruebas cutáneas con un extracto del alergeno que se sospecha.
  • Otras pruebas complementarias son: la determinación en sangre de unas inmunoglobulinas, en especial IgE específica, las pruebas funcionales respiratorias si se padece de asma, las pruebas de provocación específica con alergeno (conjuntival, nasal o bronquial), análisis de sangre, estudio de exudado nasal, rinomanometría, y examen radiológico, entre otros.

Consejos útiles:

Para evitar el contacto con el polen, en primavera y verano, se pueden establecer una serie de medidas:

  • Mantener las ventanas cerradas por la noche y/o utilizar aire acondicionado con filtros.
  • Disminuir las actividades al aire libre durante las 5-10 de la mañana y de 7-10 de la noche, períodos de tiempo en que la cantidad de polen es mayor en la atmósfera.
  • Mantener cerradas las ventanillas cuando se viaja en el coche. Instalar filtros en el sistema de aire acondicionado del coche y cambiarlos con frecuencia.
  • En los días en que la concentración de pólenes es mayor, permanecer el mayor tiempo posible en casa. Evitar salir en los días de viento cuando la polinización es alta.
  • Las concentraciones de pólenes se miden mediante redes de estaciones de Aerobiología distribuidas por toda España. Su información puede conocerse a través de los medios de información y también en INTERNET en las siguientes direcciones.

    http://www.uco.es/investiga/grupos/rea/ Se abrirá en una ventana nueva.

    http://www.scaic.org/scaic/cda/nav_esp/03/030201.jsp?ID=165 Se abrirá en una ventana nueva.

    http://www.lacasadelalergico.com/ Se abrirá en una ventana nueva.

    http://www.madrid.org/polen/ Se abrirá en una ventana nueva.

  • No secar la ropa en el exterior en esos días de mayor concentración de polen en ambiente.
  • Evitar tumbarse en el césped.
  • Tome los medicamentos recetados por su médico, de forma regularmente y a la dosis recomendada.

 

 

/ Salud

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